
Una nueva ola de violencia sacude la Franja de Gaza. Al menos 27 personas murieron tras intensos enfrentamientos entre fuerzas de seguridad de Hamás y miembros armados del poderoso clan Dughmush, en uno de los episodios más sangrientos de conflicto interno desde el fin de las principales operaciones militares israelíes en el enclave.
Según testigos, los combates comenzaron en el barrio de Tel al-Hawa, al sur de la ciudad de Gaza, cuando más de 300 combatientes de Hamás rodearon un bloque residencial donde se refugiaban integrantes del clan. El intercambio de disparos se extendió por las inmediaciones del hospital jordano, provocando escenas de caos y pánico entre los residentes. Decenas de familias huyeron de sus hogares bajo el fuego cruzado, muchas de ellas ya desplazadas en repetidas ocasiones durante la guerra.
Fuentes médicas informaron que 19 miembros del clan Dughmush y ocho combatientes de Hamás perdieron la vida desde el inicio de los enfrentamientos. El Ministerio del Interior, controlado por Hamás, confirmó la muerte de varios de sus agentes y advirtió que no tolerará “actividades armadas fuera del marco de la resistencia”.
La familia Dughmush, una de las más influyentes de Gaza, mantiene una larga y tensa relación con Hamás. Ambas partes se culpan mutuamente por el inicio del conflicto. Mientras Hamás acusa al clan de atacar primero, los Dughmush aseguran que el grupo islamista intentó desalojarlos de un edificio donde se habían refugiado tras los recientes bombardeos israelíes.
Fuentes locales señalan que Hamás ha desplegado cerca de 7.000 hombres en distintas zonas de Gaza para reforzar su control, en medio de un clima de creciente inestabilidad interna. La población, agotada por la guerra y ahora testigo de nuevos enfrentamientos entre sus propios grupos, vive otra vez bajo el miedo y la incertidumbre.